LA SHUSHUPE
Es la serpiente más grande y temida de la selva, alcanza
hasta mas de 3 mtrs. de largo, de colores vivos: amarillo y negro, formando
grandes manchas. En la cola lleva un lanceta que es de pinchadura mortal como
la mordedura misma. Es nocturna y cacarea como la gallina y cuando llega a la
vejez le salen pequeñas orejas puntiagudas muy erguidas.
Esta serpiente no ha recibido la maldición de Dios en el
Paraíso, , porque cuando persigue a alguien no se arrastra como sus demás
congéneres, sino que avanza por saltos en ondulaciones verticales.
Nos encontrábamos en el
interior del bosque, buscando materiales de monte para construir una choza a
orillas del Alto Marañon.
La zona que habíamos elegido
para el trabajo tenía fama de ser habitada por numerosas shushupes, pero, era
el único lugar, en esa parte de la selva donde abundaba el material que
necesitábamos, pues, no había remedio que afrontar el riesgo tomando las mayores
precauciones.
Eramos cuatro amigos y
salíamos diariamente de nuestro campamento por parejas en distintas
direcciones.
Por las noches, como medida
de seguridad, prendíamos una gran fogata. Desde que llegamos a este lugar,
todas las noches escuchábamos el característico cacareo de las shushupes por
los alrededores del campamento y en las mañanas encontrábamos desparramados las
leñas de la fogata y veíamos las huellas que dejaban en las cenizas calientes
los pesados cuerpos de estas serpientes que gustan de revolcarse en ellas
buscando la calentura.
En la mañana, íbamos todos
juntos abriendo una trocha a golpe de machete, de pronto, el que iba adelante
dio un tremendo salto hacia atrás, con el machete en alto, listo para la
defensa y decía:¡Cuidado! ¡Detenganse! y dijo: ¡Miren! ¡Que hermoso ejemplar!.
Era una enorme shushupe, que
enroscada sobre si misma dormía plácidamente.Dormia tan profundamente que ni el
ruido de los machetes la despertó.
De inmediato, le disparamos
a la cabeza, el animal se estremeció violentamente y se desenrosco al instante,
después de varias convulsiones quedo
inmóvil sin vida.
Otro dia con mi acompañante
fuimos a una quebradita para refrescarnos y nos sentamos un rato en unas
piedras.
Luego, notamos que se movían
las ramas, prepare mi escopeta y mi acompañante empuño su machete. Seguimos
atentos a los movimientos y de pronto apareció un hermoso picuro o majaz, cuya
carne es exquisita y arranco en veloz carrera sin darme tiempo a dispararle y
le seguimos.
Despues de perseguirle,
vimos que el animal desapareció en el interior de un tronco hueco, llegamos y
nos preparamos a hurgar el hueco con una larga varilla para obligar salir al
picuro.
Es conocido, también que el
picuro hace una buena pereja con la shushupe, porque viven juntos y lo que es
mas curioso, es que ambos emiten un extraño ruido o sonido cuando están
enfadados.
El animal se ponía cada vez
mas furioso al ser fustigado con la varilla y mi amigo llevado por su
entusiasmo se había acercado a la misma entrada del tronco para llegar mas al
fondo con la varilla. Cuando repentinamente lanzo un grito de horror, al tiempo
que echaba a correr como un loco a través del bosque, arrojando la varilla que
tenía en la mano y era perseguido por una enorme shushupe que furiosamente daba
grandes saltos para ganar terreno.
Quede asustado al ver esto y
mientras reaccionaba, ambos ya se habían perdido de vista y emprendi carrera en
la dirección por donde habían desaparecido, con mi arma lista para disparar.
A unos veinte minutos,
encontré la gorra de mi compañero hecho trizas por los colmillos de la
shushupe. Acelere el paso cuanto pude, tropezando aquí y alla con ramas y
raíces, pero con la idea de auxiliar a mi amigo.
Llegue cuando en un pequeño
claro del bosque, levante la vista y
casi grito, al ver a la shushupe entretenida en una pelea con la camisa de mi
compañero, que sin duda la arrojo con este fin, porque en la selva sabemos que
esta es una forma infalible de eludir la persecución de la shushupe, es decir
arrojándole cualquier prenda de vestir para que descargue su furia en ella.
Levante mi escopeta, le
dispare, pero mi nerviosismo me hizo fallar la puntería y la shushupe
desapareció velozmente, dejando la camisa totalmente destrozada y algunas
manchas de sangre por donde huyo, esto significaba que de todas maneras la
había herido.
Sin demora, retorne al
campamento para encontrar a mi compañero y asi fue. Habia llegado el, todo
maltratado por las raspaduras de las ramas y espinas que no pudo evitar en su
desesperada carrera por librarse de esa serpiente shushupe.
Y nos conto que esa shushupe tenia una enorme cabeza con dos orejas bien
crecidas impresionantes y que no le fue fácil quitarse la camisa en plena
carrera para arrojarla
No hay comentarios:
Publicar un comentario